Wednesday 20 February 2013

Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe (últimos libros)



Trama
 
Esta parte es el desenlace de la historia, el asunto, la anécdota que recuerda el lector. Aquí se explica el título del libro. 

Primero, se narra el conflicto histórico que llevó a la desgracia a Sor Juana. Ella escribe una crítica a Vieyra, teólogo jesuita. Esta carta se la envía al arzobispo de Puebla, quien la publica y la responde. Hasta ahí el dato histórico.

Ahora lo que connotó dicha acción. Vieyra, al igual que el arzobispo de México, Seijas, era jesuita. De hecho, fueron quizá amigos. Seijas, a su vez, tenía una rencilla con Santa Cruz. Esto se intuye en que, a pesar de ser el designado para ocupar el arzobispado principal, y a pesar de haberlo hecho durante un año, Santa Cruz fue depuesto por Seijas. ¿Qué pasó para causar dicho cambio? Ahí el núcleo de la rencilla y el odio entre magnates de la religión. En esta lucha, va a entrar Sor Juana, como víctima.

Aguiar y Seijas fue sietemesino y huérfano, tenía un odio acendrado por las mujeres (no caminaba por donde habían andado ellas) y su irascibilidad era terrible: golpeó con una muleta a Sigüenza y Góngora, dejándolo sangrante.
 
Ante la Respuesta de Sor Juana, (documento biográfico principal en su vida, donde expone los argumentos que Paz retoma en su hipótesis: a Sor Juana le importaba el conocimiento, ingresó al convento porque no tenía otra opción, etc.) Santa Cruz la abandona. Le escribe una reconvención y la deja a su libre arbitrio, es decir, la deja expuesta.

Ingreso entonces de un nuevo personaje, el padre Núñez de Miranda. Éste había sido su confesor, ella se había podido liberar de él cuando tenía un gran capital cultural, es decir, durante el virreinato de María Luisa. Sabemos que esta liberación fue riesgosa pero que Sor Juana la tomó con valor y de manera directa. Lo sabemos gracias a la carta, descubierta por Tapia Méndez. Ante el acecho que representó Aguiar y Seijas, Sor Juana lo acepta de nuevo como una maniobra para conjurar el peligro. Otra manera efectiva de conjurarlo, fue incrementar su capital cultural mediante la publicación de su obra en España. Esto lo sabe, y por ello los preliminares de la obra, hacen énfasis en su valía como musa, literata y mujer. Fueron sus dos estrategias, no le sirvieron, pero demuestra, a lo menos, que luchó. 

Ahora, por último, no hay que olvidar el ingrediente histórico. En esos años, hubo una inundación en México, regresó la  peste, maldición para los indios, y hubo un motín. Es decir, las cosas no podían estar peor. Bajo este entorno casi apocalíptico, los problemas literarios de una monja pasan a segundo grado. Eso, a lo menos, es lo que pudo haber creído la misma Sor Juana, sintiéndose, a la vez, culpable de apatía y compromiso social (hay que recordar que el “compromiso social” en su caso, no era protesta callejera, sino rezos y buen comportamiento).   


Todas las causas que precedieron a su abandono de la literatura están resumidas en la página 606.  Son las que encontró Paz, y son las que forman parte de esta tragedia. Paz destaca, patadas de ahogado, que no se trató nunca de una renuncia. Hasta el final luchó para conservar ese derecho. Dio su biblioteca, firmó una confesión de renuncia, pero pudo haber seguido escribiendo. Sea el sereno, no hay obras de Sor Juana posterior a 1692, y su muerte, dos años después, pintan un escenario cuyo título no podía ser mejor: Las trampas de la fe.  

Un elemento constante en toda la conclusión y todo el libro, es la comparación notable entre el dogmatismo e intransigencia del comunismo y la época de Sor Juana. Paz insiste una y otra vez en una clara identificación con la poetisa.


Teoría
Ahora, para llegar a esta conclusión, Paz argumenta que (607) analizo el contexto y la psicología de su personaje, también su obra. Sustenta su hipótesis después de un trabajo serio, profundo, académico.

Este Ensayo de Restitución es una suerte de resumen. Para empezar, distingue de la sociología de la literatura, dos elementos que trascienden los determinismos sociales: “la criatura” y la “ocurrencia”. Es decir, el genio. Este genio, claro está, es Sor Juana. 

Después de ello, hace un breve estudio histórico, y redime el periodo de la Colonia como un periodo histórico cuyos logros no se han vuelto a alcanzar en nuestro tiempo. A pesar de su naciente anacronismo, la Colonia representaba todavía una idea de progreso que México nunca ha representado.               

Luego aborda el tema del crítico, cuya sensibilidad e inteligencia es más importante que cualquier otra cosa. Este juicio sería banal, si antes no hubiéramos leído una obra tan bien informada y estructurada. Es decir, además del conocimiento histórico y teórico, Paz rescata, así como en Sor Juana, el genio.


Metodología         

En esta parte, Paz impresiona por su conocimiento técnico de la poesía: conoce los estilos poéticos, la versificación (375), juzga el significado de aliteraciones y rimas internas (377) etc. Pero también da juicios de gusto personal. La poesía, hasta cierto punto, acepta el juicio estético. De esta manera, califica versos de finura y gracia excepcionales (378); afirma que el adverbio “más” enreda un poema (395) Tenemos, por primera vez, en la biografía, un estudio a la vieja usanza de la crítica literaria. Podemos decir, pues, que abarca diversas teorías y metodologías críticas, dependiendo de la situación.
 
Siguiendo con este ejemplo, retoma el estudio psicológico. El ejemplo más notable es Sor Juana masturbándose con íncubos y súcubos. (382) Esta masturbación tampoco es demoniaca ni mística, es de nueva cuenta, demasiado humana. Otro rasgo de este estudio es cuando afirma que “le interesaba lucirse” con opiniones teológicas, más que con búsqueda verdades. (453) Sor Juana se presenta vanidosa, como antes se presentó presumida de su conocimiento, y también hábil en el manejo de influencias.   

También tenemos ejemplos de la historia literaria cuando menciona la diferencia entre Romanticismos y Barroco, “el poema no es un testimonio sino una forma verbal” (369), cuando habla del teatro de Sor Juana en relación intertextual con Lope de Vega, Calderón y Góngora (431), cuando se trata de explicar lo que son los Autos sacramentales (449).

Y por último, la crítica biográfica y la búsqueda de archivo. Un ejemplo es la obra perdida (436) y el lugar y público que presenció uno de sus Autos Sacramentales, especialmente si los presenció Aguiar y Seijas. Se trata pues, de una búsqueda de archivo.

Este estudio y análisis literario culmina con Primero Sueño. 

Para Paz este poema es el centro de la poética de Sor Juana. Se trata de un poema gongorino, cuyo tema central es la búsqueda del conocimiento. En este caso, sin embargo, no hay demiurgo ni revelación. Se trata de un intento fallido de apresar el universo, válido por ser eso, un intento. Tenemos de nueva cuenta al viajero místico, Dante Alighieri, o al sabio, Fausto, a punto de apresar una universalidad en sí mismos. Pero en este caso, el alma sola sube a un cielo vacío, poblado solamente de referencias, de palabras, de lenguaje. Se trata del viaje del alma moderna movida por la rebeldía, y cuyo símbolo es Faetón, la caída. En este poema, y su interpretación, Paz conecta el tema principal de la biografía de Sor Juana con su obra. Esta obra justifica su interpretación, la valida, y la explica. Sor Juana es Faetón y, al ser todos nosotros Faetón, somos a la vez Sor Juana.

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