Trama
Esta parte es el desenlace de la historia, el
asunto, la anécdota que recuerda el lector. Aquí se explica el título del libro.
Primero, se narra el conflicto histórico que llevó a
la desgracia a Sor Juana. Ella escribe una crítica a Vieyra, teólogo jesuita.
Esta carta se la envía al arzobispo de Puebla, quien la publica y la responde.
Hasta ahí el dato histórico.
Ahora lo que connotó dicha
acción. Vieyra, al igual que el arzobispo de México, Seijas, era jesuita. De
hecho, fueron quizá amigos. Seijas, a su vez, tenía una rencilla con Santa
Cruz. Esto se intuye en que, a pesar de ser el designado para ocupar el
arzobispado principal, y a pesar de haberlo hecho durante un año, Santa Cruz
fue depuesto por Seijas. ¿Qué pasó para causar dicho cambio? Ahí el núcleo de
la rencilla y el odio entre magnates de la religión. En esta lucha, va a entrar
Sor Juana, como víctima.
Aguiar y Seijas fue
sietemesino y huérfano, tenía un odio acendrado por las mujeres (no caminaba por
donde habían andado ellas) y su irascibilidad era terrible: golpeó con una
muleta a Sigüenza y Góngora, dejándolo sangrante.
Ante la Respuesta de Sor Juana, (documento biográfico principal en
su vida, donde expone los argumentos que Paz retoma en su hipótesis: a Sor
Juana le importaba el conocimiento, ingresó al convento porque no tenía otra
opción, etc.) Santa Cruz la abandona. Le escribe una reconvención y la deja a
su libre arbitrio, es decir, la deja expuesta.
Ingreso entonces de un nuevo
personaje, el padre Núñez de Miranda. Éste había sido su confesor, ella se
había podido liberar de él cuando tenía un gran capital cultural, es decir,
durante el virreinato de María Luisa. Sabemos que esta liberación fue riesgosa
pero que Sor Juana la tomó con valor y de manera directa. Lo sabemos gracias a
la carta, descubierta por Tapia Méndez. Ante el acecho que representó Aguiar y
Seijas, Sor Juana lo acepta de nuevo como una maniobra para conjurar el
peligro. Otra manera efectiva de conjurarlo, fue incrementar su capital
cultural mediante la publicación de su obra en España. Esto lo sabe, y por ello
los preliminares de la obra, hacen énfasis en su valía como musa, literata y
mujer. Fueron sus dos estrategias, no le sirvieron, pero demuestra, a lo menos,
que luchó.
Ahora, por último, no hay
que olvidar el ingrediente histórico. En esos años, hubo una inundación en México, regresó la peste,
maldición para los indios, y hubo un motín. Es decir, las cosas no podían estar
peor. Bajo este entorno casi apocalíptico, los problemas literarios de una
monja pasan a segundo grado. Eso, a lo menos, es lo que pudo haber creído la
misma Sor Juana, sintiéndose, a la vez, culpable de apatía y compromiso social
(hay que recordar que el “compromiso social” en su caso, no era protesta
callejera, sino rezos y buen comportamiento).
Todas
las causas que precedieron a su abandono de la literatura están resumidas en la
página 606. Son las que encontró Paz, y
son las que forman parte de esta tragedia. Paz destaca, patadas de ahogado, que
no se trató nunca de una renuncia. Hasta el final luchó para conservar ese
derecho. Dio su biblioteca, firmó una confesión de renuncia, pero pudo haber
seguido escribiendo. Sea el sereno, no hay obras de Sor Juana posterior a 1692,
y su muerte, dos años después, pintan un escenario cuyo título no podía ser
mejor: Las trampas de la fe.
Un elemento constante en
toda la conclusión y todo el libro, es la comparación notable entre el
dogmatismo e intransigencia del comunismo y la época de Sor Juana. Paz insiste
una y otra vez en una clara identificación con la poetisa.
Teoría
Ahora, para llegar a esta conclusión, Paz argumenta que (607) analizo el contexto y la psicología de su
personaje, también su obra. Sustenta su hipótesis después de un trabajo
serio, profundo, académico.
Este Ensayo de Restitución es una suerte de resumen. Para empezar, distingue de la sociología de la literatura, dos elementos que trascienden los
determinismos sociales: “la criatura” y
la “ocurrencia”. Es decir, el genio. Este genio, claro está, es Sor Juana.
Después de ello, hace un breve estudio histórico, y redime
el periodo de la Colonia como un periodo histórico cuyos logros no se han
vuelto a alcanzar en nuestro tiempo. A pesar de su naciente anacronismo, la
Colonia representaba todavía una idea de progreso que México nunca ha
representado.
Luego aborda el tema del crítico, cuya sensibilidad e inteligencia es más importante que
cualquier otra cosa. Este juicio sería banal, si antes no hubiéramos leído una
obra tan bien informada y estructurada. Es decir, además del conocimiento
histórico y teórico, Paz rescata, así como en Sor Juana, el genio.
Metodología
En esta parte, Paz impresiona por su conocimiento técnico de la poesía: conoce los
estilos poéticos, la versificación (375), juzga el significado de
aliteraciones y rimas internas (377) etc. Pero también da juicios de gusto personal. La poesía, hasta cierto
punto, acepta el juicio estético. De esta manera, califica versos de finura y
gracia excepcionales (378); afirma que el adverbio “más” enreda un poema (395)
Tenemos, por primera vez, en la biografía, un estudio a la vieja usanza de la
crítica literaria. Podemos decir, pues, que abarca diversas teorías y metodologías críticas, dependiendo de la
situación.
Siguiendo con este ejemplo,
retoma el estudio psicológico. El
ejemplo más notable es Sor Juana masturbándose con íncubos y súcubos. (382)
Esta masturbación tampoco es demoniaca ni mística, es de nueva cuenta, demasiado
humana. Otro rasgo de este estudio es cuando afirma que “le interesaba lucirse”
con opiniones teológicas, más que con búsqueda verdades. (453) Sor Juana se
presenta vanidosa, como antes se presentó presumida de su conocimiento, y
también hábil en el manejo de influencias.
También tenemos ejemplos de
la historia literaria cuando
menciona la diferencia entre Romanticismos y Barroco, “el poema no es un
testimonio sino una forma verbal” (369), cuando habla del teatro de Sor Juana
en relación intertextual con Lope de Vega, Calderón y Góngora (431), cuando se
trata de explicar lo que son los Autos sacramentales (449).
Y por último, la crítica biográfica y la búsqueda de
archivo. Un ejemplo es la obra perdida (436) y el lugar y público que presenció
uno de sus Autos Sacramentales, especialmente si los presenció Aguiar y Seijas.
Se trata pues, de una búsqueda de archivo.
Este estudio y análisis
literario culmina con Primero Sueño.
Para Paz este poema es el centro de la poética de
Sor Juana. Se trata de un poema gongorino, cuyo tema central es la búsqueda del
conocimiento. En este caso, sin embargo, no hay demiurgo ni revelación. Se
trata de un intento fallido de apresar el universo, válido por ser eso, un
intento. Tenemos de nueva cuenta al viajero místico, Dante Alighieri, o al
sabio, Fausto, a punto de apresar una universalidad en sí mismos. Pero en este
caso, el alma sola sube a un cielo vacío, poblado solamente de referencias, de
palabras, de lenguaje. Se trata del viaje del alma moderna movida por la
rebeldía, y cuyo símbolo es Faetón, la caída. En este poema, y su
interpretación, Paz conecta el tema principal de la biografía de Sor Juana con
su obra. Esta obra justifica su interpretación, la valida, y la explica. Sor
Juana es Faetón y, al ser todos nosotros Faetón, somos a la vez Sor Juana.